La inactividad física es la principal causa de las enfermedades crónicas modernas. Diabetes tipo 2, hipertensión, dislipidemias, riesgo cardiovascular, osteoporosis y obesidad se generan por la falta de ejercicio.
Hace más de 3 décadas que los profesionales relacionados con la salud y el ejercicio están haciendo múltiples esfuerzos para frenar estas enfermedades. Pero no están logrando los resultados esperados.
La aparición de nuevas dietas y pirámides nutricionales, múltiples fármacos, métodos de control y disminución del peso corporal, entre otras cosas, no han podido reducir la curva de crecimiento de dichas patologías.
Inactividad física: el ejercicio como terapia contra las enfermedades crónicas
Hay muchas evidencias científicas que demuestran la importancia del impacto de la actividad física en la prevención y terapia de las enfermedades crónicas.
Estas evidencias se han obtenido al comparar seres vivos con buena condición física con los de mala condición física. También en sujetos enfermos que pueden revertir su condición fisiopatológica cuando son sometidos a un programa de ejercicio físico.
La base de este cambio que provoca el ejercicio físico se centra en los múltiples fenómenos de adaptación celular y molecular que experimenta el músculo esquelético con el ejercicio.
Sabemos bien que el ejercicio, ya sea aeróbico o anaeróbico, es capaz de promover la biogénesis mitocondrial. Éste es un importante proceso que guarda relación con fenómenos metabólicos que incrementan la capacidad oxidativa de los sustratos que diariamente ingerimos (hidratos de carbono, grasas o proteínas) o movilizamos de nuestras reservas.
Podemos decir que existe demasiada bibliografía que demuestra que la actividad física juega un rol no solo preventivo sino terapéutico en una serie de alteraciones osteo-musculares, cardio-vasculares y metabólicas.
Hay evidencias que demuestran que sujetos pre-diabéticos sometidos a ejercicio físico reducen en un 60% las posibilidades de tener diabetes tipo 2. En sujetos con diabetes tipo 2, sometidos a ejercicio físico da paso a una reducción en el consumo de fármacos hipoglucemiantes.
Además este efecto del ejercicio es más potente que el efecto que puede llegar a tener una dieta no acompañada por ejercicio físico.
Conclusión
De lo anterior podemos concluir que el ejercicio, individualmente dosificado, logra grandes avances en la prevención o terapia de muchas de las enfermedades crónicas modernas.
Por ende si estás padeciendo alguna de estas patologías crónicas y la inactividad física es parte de tu vida, quizás sea hora de cambiar tus hábitos y probar hacer ejercicio acorde a tu enfermedad.
Espero que el articulo te haya servido. Si tienes dudas de como entrenar o alguna consulta sobre entrenamiento para prevenir y/o tratar las enfermedades metabólicas, comunícate con nosotros para que podamos ayudarte.