Varios reportes indican que el entrenamiento físico mejora la acción de la insulina y la tolerancia a la glucosa en personas mayores de edad y de mediana edad con intolerancia a la glucosa y con diabetes tipo II.
En personas sanas el entrenamiento con pesas ha mostrado ser efectivo para mejorar la tolerancia a la glucosa y la sensibilidad a la insulina.
Además el ejercicio con pequeñas sobrecargas no solo puede prevenir la pérdida de tejido muscular. Incluso lograr que aumente durante y después de una dieta restrictiva.
Todos esos logros fueron obtenidos experimentando en individuos con diabetes tipo II durante 16 semanas con ejercicios de pesas de moderada intensidad. (Treuth en 1995).
Recomendaciones para empezar un programa de entrenamiento padeciendo diabetes tipo 2
- 2 días de circuitos
- 8-10 ejercicios para grandes grupos musculares
- Contracciones musculares dinámicas y continuas
- Una serie por ejercicio
- 10 a 15 repeticiones y la última repetición debe acercarse a la fatiga
La progresión se implementa agregando intensidad en la sobrecarga. Sin embargo primero debe focalizarse en aumentar la frecuencia, por ejemplo hasta 5 veces por semana. Luego modificar la duración, con más series de ejercicios o combinar aumentos ligeros de volumen. Recién al final, incrementar la intensidad (American Diabetes Asociation, 1995).
Alternativas con ejercicio anaeróico-aeróbico
La implementación de circuitos con pesas y los efectos adaptativos estudiados han dado curso a la evolución y recomendación de estrategias alternativas con ejercicio anaeróbico – aeróbicos de ejercicios localizados con intensidad relativa alta dentro de una serie y ejecutados en forma intermitente (con pausas intermedias).
La propuesta de la Facultad de Medicina de la Universidad de Clermont Ferrand propone realizar 2-3 series de ejercicios localizados intermitentes de 1 minuto por 2 de pausa por grupo muscular aislado, alcanzando un recorrido de alrededor de 6 a 9 estaciones a un circuito. Más series no causarían efectos significativamente más potentes.
Se sobrecarga un grupo muscular determinado, con un peso adicional que permita efectuar el mayor número de repeticiones posibles de contracciones dinámicas en 60 segundos a ritmo particular del practicante y sin generarle un estrés cardiovascular y respiratorio que le haga frenar el ejercicio.
Con programas a largo plazo, la actividad basada en la fuerza podría influir favorablemente en la tolerancia a la glucosa y en la respuesta y sensibilidad de la insulina, al alterar el porcentaje de masa muscular y calidad de la musculatura.
Diversos autores estiman que un mejoramiento de esas variables hará aumentar el consumo de glucosa y la respuesta insulínica.
Conclusión
El entrenamiento de la fuerza debe ser considerado como una alternativa posible de ejercicio para la intervención en la prevención y tratamiento de la diabetes tipo II.
Espero que el articulo te haya servido. Si tienes dudas de como entrenar o alguna consulta sobre entrenamiento para prevenir y/o tratar las enfermedades metabólicas, comunícate con nosotros para que podamos ayudarte.